martes, 19 de enero de 2010

OPamuk: "Hay que ser libre para recordar"



Orhan Pamuk, en Barcelona. Foto: Tejederas/El País
Orhan Pamuk abrió ayer en Barcelona el ciclo de conferencias Pensar el futuro en el Centro de Cultura Contemporánea (CCCB). Pero no habló solamente del futuro sino también del pasado, que tiene que ver con la memoria y con la libertad de expresión, "porque no se trata sólo de recordar sino de hablar de cómo recordar; la memoria no debe ser manipulada, hay que ser libre para recordar". (Veremos si en el futuro de H esto resulta posible, pienso yo, porque ahora por lo menos, no, ya sea porque algunos manipulan la información o porque una gran cantidad de cobardes o ilusos son incapaces de reaccionar). Pero sigamos con lo de Pamuk en esta nota de El País:

Su conferencia Museos, novelas y su futuro fue un eco inevitable de su último libro, El Museo de la Inocencia (Mondadori), en el que revisita de tal modo su ciudad natal -a la que ya dedicó Estambul (Mondadori)- que ha desembocado en la creación de un museo con los objetos que le sirvieron para construir una inquietante historia de amor.

Barcelona "abraza este pasado con fuerza", señala. En Turquía, sin embargo, hurgar en el pasado, pensar en la memoria, puede traer problemas, como él mismo pudo comprobar cuando, víctima de las iras de los elementos más nacionalistas, se vio forzado a un exilio temporal. "Abrazar el pasado es una cuestión de libertad de expresión", asegura, "porque no se trata sólo de recordar sino de hablar de cómo recordar; la memoria no debe ser manipulada, hay que ser libre para recordar".

Rechaza, sin embargo, asumir el papel de víctima e insiste en matizar la situación en Turquía respecto a la libertad de expresión. "Mi situación es, desafortunadamente, peor que la situación general en el país", apunta. "Mi caso es mucho más complicado, en parte porque soy famoso y también porque cuando se produce un incidente luego tarda más en desaparecer. Pero no quiero aparecer como una víctima; disfruto de la vida, escribo mis novelas y vivo donde quiero". Turquía ha cambiado mucho desde la década de 1970 y 1980 en las que transcurre El Museo de la Inocencia, asegura. "Es mucho más rica, la burguesía es mucho más potente, las clases medias han crecido y es una sociedad más abierta y libre. El país es cada vez más diverso, lo que hace que sea más difícil de controlar por el Ejército o la burocracia. Sin embargo, en lo que se refiere a la distribución de la riqueza es una de las sociedades más injustas del mundo".

Pamuk defiende el papel de la novela en el mundo globalizado frente al peso de la imagen. "Las películas", reconoce, "son la forma más popular de contar historias en la actualidad, pero esto no significa que la novela haya muerto. Estuve en China y mi editor me dijo que recibía cientos de miles de manuscritos. La novela es la forma global de contar historias en estos momentos. No es que toda la humanidad me lea; mis últimos dos libros han tenido dos millones de lectores, pero la humanidad supera los 8.000 millones. Soy consciente de que me dirijo a lectores de novelas literarias y esto es lo que tengo. Pero lo que existe actualmente es una mayor comunicación entre las comunidades literarias: un lector coreano sabe lo que yo estoy haciendo o lo que un autor catalán está escribiendo y un canadiense tiene acceso al trabajo de un escritor chino mucho más rápidamente que hace 10 años. El arte de la novela es más fuerte de lo que nunca".

El escritor, piensa Pamuk, tiene que ser neutral respecto a sus personajes. "Las novelas no están para hacer juicios éticos, sino para comprender a la gente, para ver el mundo a través de sus ojos. Escribí Nieve, una novela política, para entender lo que piensa un fundamentalista islámico, no para decir qué tipo más malo".
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7 comentarios:

Madison dijo...

Fantástica entrada.
Un saludo

Gustavo dijo...

Yo creo que Madison y el editor de mima están enamorados, muchos piropos.

Gustavo dijo...

Viva el amor, viva el amor!

G.Rodríguez dijo...

Dejate de pendejadas, Gustavo.

Madison dijo...

Anda!! y ¿eso?

G.Rodríguez dijo...

No hagás caso, Madison. Para Gustavo el amor es una cosa tan pesada que no puede con ella y por eso se la carga a otros.

Gustavo dijo...

jajaja, al revés, yo si puedo con ella, me gusta, vivo de ella, no como vos que la evitàs a toda costa, que rehuís ese punto ideal de la llama doble...
Si no me creés, porqué esa última entrada de que el amor bajo los índices de lectura, a quién carajos le interesa los libros si tiene amor, de las pasiones nacen las grandes obras, del amor nace todo...