miércoles, 28 de enero de 2009

El cuarto

Dormitorio en Arlés, Vincent Van Gogh

Me gusta este cuarto porque nada contiene

diferente de mí.

Podría ser mejor, pero así lo hice;

durante años lo forjé como un rostro

para mirarme en él.

Amor, no perfección, encontraréis aquí.

Las cosas que lo habitan

poseen la confianza de la naturaleza.

No son muchas o pocas, existen solamente.

Austeridad y paz me ganaron también,

quizás para que no me distraiga

del resplandor de mis sentidos:

los sentidos en selva de objetos

se fruncen y se nublan.

El uso es la humanidad de las cosas.

Por el uso se vuelven una segunda piel.

Lo que se colecciona por vanidad

o se junta en exceso

vida no tiene, yace muerto,

como perla en el puño del avaro.

La mañana del cuarto debe ser clara,

con los objetos necesarios,

a modo de que no se interpongan

entre el sol y nosotros.

José Luis Quesada, La memoria posible (Antología personal)

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